martes, 30 de octubre de 2018

VISITA AL CENTRO DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE MÁLAGA


Esta entrada va a tratar sobre nuestra visita al Centro de Arte Contemporáneo de Málaga. La excursión consistió en realizar una visita a este centro y a otros dos más: la casa de Picasso y el Pompidou.



 Este centro fue construido en 1939, es un edificio de planta triangular, con dos alturas y definido con espacios cúbicos y líneas rectas. En 1983 se abandona su uso como mercado y más tarde se usa como museo. Es en febrero de 2003 cuando se inauguró y se abrió al público. Son 6000 metros cuadrados de superficie total, de los que 2400 se dedican a exposiciones y el resto para conferencias y otros actos culturales. Está ubicado en el antiguo Mercado de Mayoristas de Málaga. En la actualidad, se puede realizar un recorrido por las tendencias artísticas del siglo XX. No sólo alberga la colección permanente, sino que se llevan a cabo otras exposiciones temporales, publicaciones, conferencias, programas pedagógicos, talleres o seminarios y que han convertido el CAC Málaga en un centro vivo, un lugar dinámico, innovador y abierto a todo tipo de propuestas artísticas y culturales. Lo bueno que tiene este centro es que su entrada es totalmente gratuita. A continuación os mostramos la entrada del Centro de Arte Contemporáneo:





Una vez dentro, y centrándonos en nuestra temática: arte y cine, nos llamó mucho la atención la videoinstalación de Bill Viola (Nueva York, EE.UU., 1951) The innocents, 2007 (Los inocentes). ''The Innocents'' forma parte de las series más actuales realizadas por Bill Viola, que representan cuerpos avanzando hacia una cortina de agua. Se trata de un vídeo en color de alta definición en pantallas de plasma montadas en la pared, en el que un hombre y una mujer jóvenes. Primero aparecen estáticos, para luego avanzar lentamente hacia la cámara. En un momento dado atraviesan la cascada de agua, pasando de ser una imagen borrosa a una imagen enfocada. Esta videoinstalación tiene un interesante mensaje de fondo. No sólo sugiere la idea de Adán y Eva, sino el agua como símbolo de renacimiento, una fina línea que separa la vida del más allá. Para nosotros es una obra con bastante calidez, y si la intención del autor es conectar con el espectador, con nosotros lo consiguió.










Otras obras que nos llamaron bastante la atención fueron:
Su-Mei Tse, L'Écho, 2003. 








Yael Bartana, Mur i Wieza, 2009. 








Öyvind Fahlström, Mao-Hope March, 1966. 








Pierre Huyghe, This is not a time for dreaming, 2004.




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