domingo, 25 de noviembre de 2018

LA TÉCNICA DE LA PERSPECTIVA FORZADA

Muchas veces, cuando estamos en Instagram, Facebook, o cualquier otra red social, nos encontramos las típicas fotos (a menudo de gente que viaja y se fotografía con los monumentos) que nos llaman la atención como estas:




Estas imágenes se han hecho utilizando la técnica de la perspectiva forzada. Se trata de encuadrar una escena con elementos a diferentes distancias de la cámara y componer la fotografía de tal manera que parezca que se encuentran en el mismo plano y que pueden interactuar.
En muchas ocasiones se sitúa en primer plano un sujeto de mucho menor tamaño que otro situado al fondo o en un segundo plano.


Aquí podemos observar cómo se coloca en primer plano la botella para engañar a nuestro ojo y que parezca gigante.

La perspectiva forzada es una ilusión óptica tan querida en el mundo de la fotografía como en el arquitectónico y el cinematográfico. Probablemente, lo más bonito de esta técnica, es que no importa cuánto hayan avanzado las tecnologías de edición digital o con cuánto presupuesto cuentes para tu película. Si buscas reflejar este efecto, solo necesitas unos buenos decorados, comprender cuáles son las lentes adecuadas para filmarlo y un poco de creatividad por tu parte.

El ataque de la mujer de 50 pies (1958)


Cariño, he agrandado al niño (1992)

La verdadera revolución de esta técnica vino de la mano de la habitación de Ames. En 1947, este oftalmólogo creó el Santo Grial de la perspectiva forzada. ¿Y en qué consistía? muy sencillo, se trataba de una habitación cúbica pero construida en forma trapezoidal: las paredes están inclinadas al igual que el suelo y el techo, y la esquina derecha está más cerca para el observador frontal que la esquina izquierda (o viceversa).





Después de comprender la arquitectura que potenciaba esta idea, se dejaron de hacer habitaciones para hacer escenarios más elaborados. Y ahí es donde llega Peter Jackson y El Señor de los Anillos. Para tener en el mismo plano a hobbits y enanos con criaturas más grandes tuvo que jugar todo el rato con las perspectivas.



La gran contribución de la saga de Jackson  fue la perspectiva forzada en movimiento. Algo que apenas se había desarrollado hasta ahora, por su complejidad, pero que el alto presupuesto y las ganas de experimentar de la producción de New Line Cinema se tomó muy en serio.
Para esto, lo que Peter Jackson organizó, son escenarios con efecto Ames doble. Es decir, habitaciones con mecanismos que se movían a la vez que lo hacía la cámara, que también iba cambiando su foco sincronizándose al dispositivo de movimiento físico. De esa forma, la perspectiva forzada seguía viendose correcta en cámara, pero la película no perdía fluidez en cada toma en la que hubiera que filmar a dos personas de distinta estatura.



Aunque Jackson a veces también hacía trampas. No todo lo que se veía se había rodado en la misma toma y a veces utilizaba dos escenarios. Uno para personas normales y otro con todos los objetos agigantados. Luego lo unía todo con edición digital. El resto del tiempo, aplicaba el truco más viejo del mundo: por ejemplo, cuando hablaba Gandalf,  la parte trasera de Frodo que veíamos no era Elijah Wood, era alguien bajito disfrazado de Frodo. 


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