Razón y sentimientos caminan pocas veces en la misma dirección. En ocasiones parecen confrontarse pero en otras se tienden la mano. Uno de los espacios privilegiados de encuentro entre inteligencia y emociones es el Cine. Cuántas veces no hemos visto una buena película que se convierte en tema de conversación entre amigas y amigos durante horas. Más allá del “me gustó o no me gustó” hablamos de lo que sentimos y pensamos al verla: compartimos lo que la cinta significa para nosotros. No lo notamos, pero ya no somos exactamente las mismas personas que entraron al cine. En esas horas hemos cambiado un poco.
Si nuestra transformación individual la multiplicamos por todos los espectadores que han visto una película extraordinaria, constatamos que el cine es una poderosa e indiscutible herramienta de cambio cultural: puede confrontar nuestros prejuicios o subrayar nuestras libertades y derechos con sus historias, personajes y acciones. Este intercambio entre individuo, cine y sociedad es uno de los más importantes en la diversidad cultural del mundo porque, como todas las artes, el cine no es un espejo inerte que sólo reproduce sino que expone, plantea y propone la visión de directoras, directores e industrias de distintos países.
Aunque el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial es el 21 de marzo siempre es un buen momento para abordar la mutua influencia entre cine y sociedad en el caso de la discriminación a distintos grupos sociales en general y la racial en particular. En la historia del cine es notorio el paso de un cine con graves prejuicios contra la comunidad negra a películas de tesis abiertamente antidiscriminatoria y en pro de sus derechos. Paradójicamente, el primer extremo lo representa la cinta que consolida el lenguaje cinematográfico: El nacimiento de una nación, de Griffith. La visión esclavista y discriminatoria que predominó en el siglo XIX encuentra aquí su último vehículo de expresión.
Sin embargo, la lucha real de esta comunidad por sus derechos civiles y contra la discriminación de que era objeto fue cristalizando en el cine, que abrió sus imágenes conforme avanzaba hacia la igualdad y la inclusión. En los años 40, se premió a la primera actriz negra con un Oscar: Hattie McDaniel, por Mejor Actriz en Papel Secundario, por su papel en Lo que el viento se llevó. En paralelo con el movimiento de Martin Luther King se filma ¿Sabes quién viene a cenar? que convierte a Sidney Poitier en la primera estrella de cine de la comunidad negra.
A partir del establecimiento de cuotas de representación en los medios, la participación es más equitativa con actores, actrices y directores como Denzel Washington, Halle Berry y Spike Lee. Ahora se exhiben cintas que denuncian la discriminación histórica para eliminar la actual y reforzar el ejercicio equitativo de los derechos de la comunidad negra. El cine comercial reciente abreva en diferentes posturas: desde las conciliadoras Invictus, de Clint Eastwood; Historias Cruzadas, de Tate Taylor, y el ascenso del presidente Obama que genera Lincoln, de Spielberg, intermedias como El Gran Debate, de Denzel Washington; Tiempos de Gloria, de Edward Zwick, hasta las más radicales como Malcolm X, de Spike Lee.
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) reconoce la importancia del cine como instrumento de cambio cultural. Su página web albergó reseñas críticas con películas mexicanas e internacionales a favor de la inclusión, derechos humanos y contra la discriminación. Algunos ejemplos son:
Invictus:
La cinta, cuyo reparto está encabezado por Morgan Freeman y Matt Damon, está basada en hechos reales. Traslada al espectador al momento en el que Nelson Mandela es puesto en libertad y logra la presidencia de su país, Sudáfrica, con el objetivo de decretar la abolición del movimiento apartheid, el sistema de segregación racial que vivió este país junto a Namibia hasta el año 1992. En este intento de reconciliación entre la población negra- durante mucho tiempo oprimida- la minoría blanca se manifiesta temerosa de que el nuevo gobierno buscase revancha. El instrumento que se utilizará para hablar de tolerancia, reconciliación y solidaridad es el deporte, en concreto el rugby.
Gran Torino:
Un drama dirigido y protagonizado por Clint Eastwood en el que se habla de racismo e inmigración, pero también de amistad. En esta ocasión, Eastwood interpreta al veterano de la Guerra de Corea Walt Kowalski, un hombre jubilado de actitud inflexible y cascarrabias que no lleva demasiado bien los cambios que a su alrededor están sucediendo, pues en el barrio donde vive han comenzado a llegar muchos inmigrantes de origen asiático.
American history x:
Un largometraje muy duro y demoledor que nos cuenta la vida del joven Dereck, un skind head californiano y seguidor de la ideología neonazi que acaba en prisión cuando un hombre de color se disponía a robarle su furgoneta. El tiempo pasa y cuando consigue salir de prisión se dirige de nuevo a su barrio. Dereck está dispuesto a alejarse de la espiral de violencia que había vivido hasta el momento, pero al llegar allí descubre que su hermano pequeño está siguiendo los mismos pasos que a él le llevaron a prisión tiempo atrás.
El mayordomo:
Una cinta basada en hemos reales que cuenta la historia del que fuera mayordomo jefe de la Casa Blanca entre los años 1952 y 1986 (Cecil Gaines al que dio vida Forest Whitaker), periodo correspondiente al mandado de ocho presidentes norteamericanos. A lo largo de todo ese tiempo, su puesto laboral le hizo testigo de muchos episodios y momentos destacados de la historia política y racial de su país como el asesinato de Luther King o el movimiento de las Panteras Negras.
Matar a un ruiseñor:
Es una adaptación de la novela homónima de la escritora norteamericana Nelle Harper Lee, que recibió gracias a este trabajo el premio Pulitzer. Fue rodada en 1962 y su protagonista es Gregory Peck: da vida a un abogado que tiene que defender a Tom Robinson, un hombre de color acusado de violar a una mujer blanca en una localidad sureña de Alabama durante la época de la Gran Depresión. Aceptar este juicio le ocasionará numerosas enemistades con el resto de miembros de la comunidad.
Malcom x:
Es una adaptación de la novela homónima de la escritora norteamericana Nelle Harper Lee, que recibió gracias a este trabajo el premio Pulitzer. Fue rodada en 1962 y su protagonista es Gregory Peck: da vida a un abogado que tiene que defender a Tom Robinson, un hombre de color acusado de violar a una mujer blanca en una localidad sureña de Alabama durante la época de la Gran Depresión. Aceptar este juicio le ocasionará numerosas enemistades con el resto de miembros de la comunidad.
La lista de Schindler:
Está basada en hechos reales y se desarrolla durante la Segunda Guerra Mundial. Liam Neeson se puso a las órdenes de Steven Spielberg en este drama que habla del nazismo y del holocausto judío. Lo hace a través del empresario alemán Oskar Schindler, que salvó de la muerte a más de mil judíos polacos.
12 años de esclavitud:
En este drama biográfico, su director (Steve McQueen) nos descubre la historia de un músico negro llamado Solomon Northup, virtuoso del violín.La trama, en realidad, es una adaptación de la biografía este afroamericano nacido libre en el estado de Saratoga Springs (Nueva York) que una noche es secuestrado y vendido como esclavo a una plantación en Luisiana. Pasarían doce años hasta su liberación.
Fuentes de la que se ha recopilado la información.
-https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/peliculas-racismo-xenofobia/58137.html
-http://www.educatolerancia.com/cine-racismo-2018/
- https://www.jotdown.es/2011/12/cine-contra-el-racismo-cuando-las-buenas-intenciones-no-bastan/
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